Un grupo de personas está discutiendo sobre la existencia del mal y los efectos de las drogas como impulsores de la degradación en los seres humanos. Un psiquiatra cuenta un experimento que hizo con cuatro adictos que tomaron una dosis de LSD y las alucinaciones de los cuatro que tienen como protagonista a Zé do Caixão.

La obra visualmente más radical de Mojica Marins se presenta como una película fragmentada e hipnótica. Junto a elementos de sus películas anteriores, hay conexiones con el género “mondo”, las “exploitations movies”, los “nudies”, y otros subgéneros extremos, pero también de movimientos como la Nouvelle Vague o el Cinema Novo, realizando un ejercicio de estilo personal que afecta al espectador como una experiencia lisérgica. La presencia del propio Mojica y las apariciones de Zé do Caixão en las pesadillas y alucinaciones de los drogadictos, es un juego que da idea de la popularidad del personaje y también de la propia megalomanía del director. La película estuvo prohibida durante años, lo que provocó que Mojica Marins perdiera un poco el rumbo de su trabajo como director y no pudiera llevar acabo su plan de hacer seis películas sobre Zé do Caixão.