Bienvenidos de nuevo a la gran ciudad. Nos toca decir adiós (espero que de forma sosegada y paulatina) a nuestras vivencias estivales e ir aclimatándonos de nuevo a la rutina y el asfalto. Para hacer más llevadera esta transición, queremos compartir con vosotros varias películas sensacionales que, sin duda, os alegrarán la existencia. Hemos querido poner un foco especial en aquellas pequeñas joyas españolas (con cierto sabor a verano, todo sea dicho) que nos han sorprendido a lo largo de este 2024 y que nos parecen una propuesta fantástica para el arranque del nuevo curso. Nos referimos a “La Casa”, de Álex Montoya; “La estrella azul”, de Javier Macipe; “Casa en llamas”, de Dani de la Orden; y la más reciente y flamante ganadora del Premio a Mejor Película Europea en la Quincena de los Cineastas del Festival de Cannes, “Volveréis” de Jonás Trueba. Un cuarteto de películas que han sabido meterse a la crítica en el bolsillo, que han enamorado al público (y así lo ha demostrado su boca a boca), y que te recomendamos encarecidamente que veas, si es que no lo has hecho ya.
Cambiando radicalmente de tercio, pegamos un salto hasta la meca del cine para presentaros dos de las películas más cañeras del nuevo curso. La primera de ellas, Maxxxine, es el cierre de la trilogía slasher de Ti West, de nuevo con una Mia Goth espectacular, en una coctelera que mezcla psycho thriller, sexo, neones, metacine, estética ochentera, musicón… ¿qué más se puede pedir? Por otro lado, tenemos el debut tras las cámaras de Zöe Kravitz, “Parpadea dos veces”, otra historia laberíntica y retorcida con ecos al #Metoo, que se desarrolla entre glamurosas fiestas en una isla paradisíaca donde nada es lo que parece.
Por último, y para bajar revoluciones, presentamos “Silver Haze”, última incursión cinematográfica (aunque la primera en llegar a nuestras pantallas) de la directora neerlandesa Sacha Polak, un drama queer sobre la aceptación y el perdón que llamó la atención de la cinefilia internacional tras su paso por el pasado Festival de Berlín.
Como en todo buen arranque de temporada, llega el doloroso momento de desprenderse de algunas vacas sagradas para dejar espacio a nuevas y refrescantes novedades. Por mucho que lo hemos intentado (y eso que con lágrimas en los ojos hemos conseguido despedirnos de peliculones como “La zona de interés”, “Stop making sense”, “El último late night”, “Desconocidos” o “Sangre en los labios”) nos ha resultado imposible despegarnos de algunas maravillas con las que llevamos felizmente conviviendo desde hace muchos meses. Que sirva este mes de transición para irnos concienciando de que probablemente no podremos mantener mucho más en nuestra cartelera a auténticas joyas como “Vidas Pasadas”, “El chico y la garza”, o “Perfect Days”. Y que os sirva también a vosotros como esa última oportunidad (si es que no las habéis cazado en algún cine de verano) para disfrutar de ellas en pantalla grande.
Otras continuidades que nos han enamorado desde un pasado algo más cercano y que nos acompañan en este nuevo arranque son “La Quimera” de Alice Rohrwacher y “Rivales” de Lucas Guadagnino (ambas con un Josh O’connor espectacular). Y como recién llegadas a nuestra sección de películas veteranas, también contaremos con nuestros tres estrenos del mes pasado, las sorprendentes e ingeniosas “Hipnosis”, “The Sweet East” y “La Trampa”.
El pasado 14 de agosto nos dejó una de las más grandes leyendas del cine moderno, Gena Rowlands, actriz y escritora norteamericana. De entre sus más de 100 roles alternando cine y televisión a lo largo de más de 60 años en activo (de 1954 a 2017), nosotros nos quedamos con sus tres inmensas interpretaciones bajo la batuta de su por entonces marido, John Cassavetes. “Rostros (Faces)”, “Una mujer bajo la influencia” y “Noche de estreno (Opening Night)” son tres pilares del cine independiente americano y tres complejas historias sobre la naturaleza humana con algunas de las interpretaciones más veraces y viscerales vistas en una pantalla de cine. Lo que hizo Gena Rowlands en esas tres películas sólo puede describirse como descomunal. Como declarados e incondicionales fans del binomio Cassavetes-Rowlands (son varias veces las que hemos proyectado sus películas a lo largo de nuestra historia), no podíamos dejar pasar esta ocasión para rendir un sentido tributo a la actriz, y sobrecogernos nuevamente frente a la potencia cinematográfica y emocional que nos ha dejado una huella tan profunda.