El pasaje de entrada a Sala Equis viene a ser el primer acto de esta película y la antesala a nuestro pequeño gran universo. El espacio de la terraza cubierta con vistas a Duque de Alba es perfecto para esos encuentros espontáneos y necesarios. Es el prólogo –o epílogo– perfecto de la inclasificable experiencia de Sala Equis.
