Tras ser diagnosticada con una enfermedad terminal, Claudia decide emprender su último viaje a Suiza. Allí podrá decidir cómo y cuándo terminar su vida gracias a la ayuda de una asociación de suicidio asistido. Flavio, que no se ha separado de ella en más de cuarenta años, decide unirse a este viaje sin retorno. Violeta, mientras tanto, se convierte en mediadora involuntaria entre sus padres y todo lo que dejan atrás, al tiempo que intenta encontrar su lugar en esta historia.

«Deslumbrante musical (…) una tragedia de aire clásico tan profunda en su desgarro como elegante y grácil en las formas, tan luminosa como inquietante» El Mundo

«Película valiente y audaz que se disfruta tanto como se sufre. (…) Inteligente, sin el menor atisbo de sentimentalismo, sin juzgar, (…) se las apaña para que padezcamos sin poder dejar de sonreír.” Cinemanía

«Extraordinaria (…) una película musical, atrevida y desinhibida sobre la muerte digna y los traumas familiares. (…) Por fondo, por forma, por peso y por calibre, Marqués-Marcet firma aquí su película más redonda» Kinótico

«El director se ha desmelenado en su propuesta formal, mientras mantiene en el fondo la intimidad emocional acostumbrada. (…) Las coreografías son aquí un vehículo para transmitir sentimientos difíciles de contar en diálogos.” Fotogramas